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Nota de prensa

Los pioneros modernos de la Iglesia en Centroamérica

“Los pioneros de la Iglesia nos han dejado un gran legado a las nuevas generaciones, y debemos continuarlo por medio de nuestro servicio”. Élder Ulisses Soares.

El 24 de julio, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días conmemora la llegada de los pioneros al Valle de Lago Salado, Utah, Estados Unidos en 1847.  Los pioneros tuvieron que pasar muchas dificultades y tribulaciones rumbo a lo que se convertiría en su nuevo hogar, viajaron aproximadamente 1,300 millas a través de las llanuras y montañas del país desde el Este hacia el Oeste de Estados Unidos.

Los miembros de la Iglesia de la actualidad reconocen y agradecen el sacrificio de los pioneros porque prepararon el camino para disfrutar del evangelio de Jesucristo. El élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles recientemente dijo: “Los pioneros de la Iglesia nos han dejado un gran legado a las nuevas generaciones, y debemos continuarlo por medio de nuestro servicio”.

Este día especial se reconoce a los pioneros modernos en Centroamérica, en las siguientes historias:

Ángela Botello, Guatemala

Conocí la Iglesia a los nueve años a través de una familia que vivía cerca de mi casa en Morales, Izabal, Guatemala. Después de varios años, por mis estudios universitarios me mudé a la Ciudad de Guatemala y viví con la familia que había conocido en mi infancia. La primera vez que fui a la Iglesia fue para la bendición de la hija más pequeña de esta familia.

Recibí las charlas misionales después de tres meses de estar participando activamente en las actividades de la Iglesia, sin embargo por ser menor de edad, mis papás no autorizaron que me bautizara. El día de mi cumpleaños número 18, tomé la decisión de bautizarme, pues ya contaba con un testimonio sobre el Evangelio y con la mayoría de edad.

Durante la conferencia general de abril del 2013, sentí la fuerte impresión y el deseo de ir a una misión de tiempo completo. Nuevamente no conté con el apoyo de mis padres, sin embargo sabía que era lo correcto y pocos meses después partí a la misión de Bolivia, La Paz donde serví con amor durante 18 meses.

Soy una pionera de la Iglesia en mi familia, a pesar de los desafíos que la vida presenta sigo adelante confiando en las bendiciones de Dios. Recientemente mi papá falleció, tuve la oportunidad de enseñarle sobre el evangelio de Jesucristo semanas antes de que muriera. Ahora la promesa de que las familias pueden ser eternas me ayuda a seguir perseverando en este tiempo de probación.

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Ángela Botello (de playera blanca) junto a su familia.© 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
                                                                           

Liz de Behner, El Salvador

Desde pequeña mi abuela Hilda me invitaba los fines de semana a su casa y así poder llevarme a la Iglesia los domingos. A finales de los años sesenta las reuniones de la Iglesia se realizaban en dos turnos, por la mañana la Reunión Sacramental y Escuela Dominical, por la tarde las reuniones de las organizaciones auxiliares; mi abuela era la presidenta de la Sociedad de Socorro y para esperar la segunda jornada de reuniones ella preparaba un picnic en los jardines de la Iglesia, así no teníamos que hacer dos viajes a la capilla y yo podía participar de las clases de la Primaria.

Como mis padres no eran miembros de la Iglesia no sabían que yo podía bautizarme a los ocho años, sin embargo mi abuela preocupada por mi bienestar espiritual habló con mis padres y ellos permitieron que me bautizara a la edad de 10 años, en 1976. Desde ese entonces considero que me convertí en la pionera de la Iglesia en mi propia familia, siendo un ejemplo de fe y perseverancia.

Gracias a que la semilla del Evangelio que se sembró en mi corazón, ahora mi propia familia ha podido gozar de los frutos buenos. Mi hija sirvió una misión de tiempo completo en Brasil y uno de mis hijos sirvió en las puertas abiertas del Templo de El Salvador.

Tengo ese eco en mi mente cuando mi abuela me decía: ¡Continua, Liz! Sé que mi Salvador Jesucristo hizo todo para ayudar a mi abuela así yo podía ser miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, nunca voy a dudar de mí fe y sé que nuestro Padre Celestial escucha las oraciones de todos, solo debemos confiar y hacer lo que Él nos pide.

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Liz de Behner (segunda de izquierda a derecha) junto a su familia.© 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
                                                                                        

Roberto Ocampo Reyes, Honduras

Me bauticé el 9 de enero de 1970 en San Pedro Sula. Nos sellamos con mi esposa Argentina Martinez en el Templo de Los Ángeles, California el 18 mayo de 1974. Rápidamente se crearon varias ramas y se organizó un distrito que cubría todo el norte de Honduras en el año 1977.

He servido en diferentes llamamientos: Obispo, Presidente de Estaca, Presidente de la Misión Comayagüela, Presidente del Templo de Tegucigalpa, entre otros. He visto El Progreso de la Iglesia en Honduras el cual ha bendecido a las personas de todas las edades.

Entre mis bendiciones que he obtenido están el haber educado a mi familia en los principios del Evangelio, seis hijos se han casado en el Templo y están sirviendo en llamamientos en la Iglesia, nuestro hijo Jared sirve como Presidente de Misión en Texas: Testifico que los principios y doctrinas del Evangelio si funcionan y mantienen a la familia unida y segura, el pago de diezmos y ofrendas abren las ventanas de los cielos, Jesucristo vive hoy y es nuestro Redentor.

                              
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Pareja Ocampo© 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
                                    

Silvano Roberto García Cruz, Nicaragua

Me bautice en 1972, a la edad de 10 años, junto con siete miembros de mi familia, el conocer el Evangelio ha sido una bendición en mi vida, una de mis mayores experiencias fue viajar el Templo de Arizona, Estados Unidos para poder sellarme con mis papás y prepararme para servir una misión de tiempo completo entre 1979 a 1981 convirtiéndome en un pionero de la obra misional en mi familia.

He servido en varios llamamientos en la Iglesia lo que me permite fortalecer mi testimonio y ayudar a mi prójimo lo cual disfruto al ser testigo de los cambios significativos que las personas hacen en sus vidas. Actualmente sirvo como presidente de la rama Waspán de la estaca Bello Horizonte.

Yo sé que esta es la Iglesia verdadera, que Cristo vive, es mi Salvador. Me siento agradecido por lo que hizo por mí y por todos nosotros. Sé que su Evangelio nos proporciona los medios para regresar a su presencia. Sé que nuestro Padre Celestial escucha nuestras oraciones, que somos sus hijos y nos ama.

El espíritu pionero es evidente hoy cuando los miembros de la Iglesia continúan mejorando su entorno, prestan servicio en su comunidad, comparten sus talentos y se esfuerzan por seguir el ejemplo de Jesucristo.

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Silvano García (izquierda) junto al presidente de Estaca Bello Horizonte, Nicaragua.© 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
  

Janysette Villanero de Almanza, Panamá 

Me bauticé el 24 de mayo 2003, a la edad de 24 años, recibí la exhortación por parte de mi sobrina Yaleisy Garibaldo la cual estaba recibiendo las charlas misionales y me invitó a acompañarla.  En estos 17 años de ser miembro de la Iglesia he tenido muchas bendiciones al igual que pruebas, pero ambas me han dado fortaleza para seguir firme.  En el 2010 tuve la bendición de sellarme a mi familia por el tiempo y la eternidad en el Templo de Panamá.

He servido en varios llamamientos de ,la Iglesia lo que me permite fortalecer mi testimonio y ayudar a otros a que, al igual que yo, tengan la bendición de conocerlo. Actualmente sirvo como consejera de la Organización de la Primaria de barrio la Chorrera, Panamá.

Entre las muchas bendiciones del Evangelio que he tenido es ver a mi hija servir una misión actualmente en Chile Santiago Este, ya que de sus experiencias misionales me fortalezco.


Yo sé que esta es la Iglesia verdadera, que Cristo la dirige, que Él es mi Salvador. Siento gozo por pertenecer a este Evangelio porque se que estamos en lugar seguro. Sé que el dio su vida por nosotros para que tengamos la oportunidad de arrepentirnos y volver a Él.                                     

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Janysette de Almazan (segunda de izquierda a derecha) celebrando el Día de los Pioneros junto a su familia.© 2020 by Intellectual Reserve, Inc. All rights reserved.
     

El espíritu pionero es evidente hoy cuando los miembros de la Iglesia continúan mejorando su entorno, prestan servicio en su comunidad, comparten sus talentos y se esfuerzan por seguir el ejemplo de Jesucristo.

El presidente M. Russell Ballard, Presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo “Dondequiera que viva la gente, allí están nuestros antepasados que fueron pioneros”, agregó “y cuando uno piensa en cómo salió el evangelio de Jesucristo al mundo y en las personas que lo aceptaron, ellos, a su manera, se convirtieron en pioneros en sus propios países".

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